Internacional
Por primera vez en la historia de Colombia, un expresidente ha sido condenado penalmente. Este lunes, un juzgado de Bogotá declaró culpable a Álvaro Uribe Vélez por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, en un caso que ha marcado la política y la justicia del país durante más de una década.
La jueza Sandra Heredia, a cargo del fallo, concluyó que Uribe ordenó a terceros manipular a testigos encarcelados para que declararan a su favor, luego de que en 2012 el senador Iván Cepeda lo acusara de tener vínculos con grupos paramilitares. Aunque fue absuelto del delito de soborno simple, la jueza afirmó que Uribe "ejecutaba desde las sombras" la estrategia de manipulación, a través de su abogado Diego Cadena, también procesado.
La sentencia aún no es definitiva y puede ser apelada. Se espera que en las próximas semanas se conozca la pena, que podría alcanzar hasta nueve años de cárcel, aunque Uribe permanecerá en libertad hasta entonces y podría recibir prisión domiciliaria.
Una causa de 13 años y múltiples giros
El caso se remonta a 2012, cuando Cepeda denunció la relación de Uribe con el grupo paramilitar Bloque Metro. Uribe respondió con una denuncia contra Cepeda por manipulación de testigos, pero en 2018 la Corte Suprema de Justicia no solo desestimó la acusación, sino que abrió un proceso contra el propio expresidente por supuesta manipulación de testigos.
Una grabación clave en la investigación fue realizada por el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, quien usó un reloj espía desde la cárcel para registrar a Cadena ofreciéndole beneficios judiciales a cambio de una declaración favorable para Uribe.
Tras varias solicitudes de preclusión del caso por parte de la Fiscalía —todas rechazadas por los jueces— el proceso fue finalmente llevado a juicio con la llegada de Luz Adriana Camargo como fiscal general. El juicio avanzó a contrarreloj ante la proximidad de la prescripción de los delitos.
Reacciones divididas
Las reacciones al fallo no se hicieron esperar. En Estados Unidos, el senador Marco Rubio y otros legisladores republicanos calificaron la sentencia como una “instrumentalización de la justicia por parte de jueces radicales”.
En contraste, el presidente Gustavo Petro instó al respeto por las decisiones judiciales y aseguró que su gobierno no interfiere con los jueces. También rechazó los comentarios internacionales, calificándolos como un “ultraje”.
Desde el uribismo, figuras como la senadora María Fernanda Cabal criticaron la sentencia y aseguraron que será un motor para impulsar una reforma al sistema judicial. “No compartimos este fallo. Parece escrito por enemigos políticos del expresidente”, expresó.
Por su parte, el senador Gustavo Bolívar, del partido de gobierno, celebró el veredicto: “La justicia cojea, pero llega”.
Lo que sigue
El caso ahora puede ser apelado ante el Tribunal Superior de Bogotá, que podría ratificar o modificar la sentencia. Mientras tanto, el expresidente Uribe sigue libre, aunque el juicio marca un precedente sin comparación en la historia política y judicial de Colombia.



