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El Instituto Nacional Electoral (INE) dio inicio a una ruta formal de análisis para evaluar la viabilidad del voto electrónico y por internet en México, con la intención de explorar su posible implementación más allá de los esquemas actuales. La discusión contempla tanto su aplicación en procesos electorales generales como su uso para sectores específicos, como personas con discapacidad o en situación de postración.
Durante la sesión de la Comisión de Organización, se presentó la “ruta de trabajo para la realización del análisis sobre la viabilidad de que la ciudadanía residente en territorio nacional emita su voto por internet en próximos procesos electorales”, así como la estrategia institucional de voto electrónico con proyección a corto, mediano y largo plazo, del 2025 al 2036.
Actualmente, el voto por internet ya se emplea en elecciones para mexicanos residentes en el extranjero y se han desarrollado pruebas piloto con urnas electrónicas. No obstante, el nuevo planteamiento implicaría ampliar significativamente el uso de estas tecnologías dentro del país.
El análisis responde, entre otras razones, a un mandato del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que instruyó al INE a explorar alternativas electrónicas para facilitar el voto a personas con discapacidad y sus cuidadores primarios.
No obstante, el tema genera opiniones divididas entre consejeros y representantes de partidos, quienes subrayan los retos técnicos, legales y de confianza institucional que supone avanzar hacia un modelo de voto electrónico generalizado en un país con desigualdades de acceso a internet.
El representante de Morena, Jaime Castañeda, pidió acotar el enfoque del análisis a la necesidad puntual marcada por el TEPJF, mientras que la consejera Dania Ravel aclaró que el estudio surge precisamente de una indicación del Tribunal Electoral, y no de un acuerdo autónomo del INE.
Por su parte, Jaime Rivera, presidente de la Comisión de Organización, advirtió que cualquier avance hacia el voto electrónico debe hacerse con rigor, prudencia y responsabilidad, ponderando no solo su viabilidad técnica, sino su conveniencia y factibilidad en el contexto nacional.






