El alcalde de Nueva York, Eric Adams, lanzó críticas directas a activistas que defienden los derechos de la población migrante, acusándolos de provocar una “histeria” injustificada en torno a las políticas migratorias de la Administración de Donald Trump y la posibilidad de deportaciones masivas. En una entrevista concedida a la agencia EFE desde la sede del Ayuntamiento, Adams señaló que esos mensajes están generando un clima de temor entre comunidades inmigrantes que viven, trabajan y conviven en la ciudad.
“Creo que los activistas han cometido una injusticia con la población inmigrante de la ciudad; creando un nivel de histeria y miedo sobre las deportaciones”, declaró el mandatario. Afirmó que, en sus conversaciones con migrantes de diferentes comunidades, muchos manifiestan sentir temor ante un escenario de persecución y deportaciones que, a su juicio, no se está materializando.
Adams defendió el papel del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), institución que genera un fuerte rechazo en la comunidad migrante, asegurando que es necesaria para mantener el orden y evitar el caos. Sin embargo, matizó que su administración no colabora con ICE en la aplicación de leyes migratorias civiles dentro de la ciudad. “Hemos sido muy claros: en Nueva York no colaboramos en la ejecución de deportaciones civiles. No hemos visto redadas masivas ni agentes en escuelas. Hay que decirlo con claridad”, enfatizó.
El alcalde, de origen demócrata pero que se presentará como candidato independiente en las elecciones de noviembre, envió también un mensaje a la población migrante: les animó a continuar con su vida cotidiana —asistiendo a escuelas, templos, trabajos y hospitales— y, sobre todo, a no incurrir en conductas delictivas. “La ciudad de Nueva York necesita a los inmigrantes para progresar. Si se detiene su llegada durante los próximos cuatro años, el desarrollo de nuestra ciudad se verá afectado”, señaló.
A pesar de ese llamado a la inclusión, Adams también adoptó un tono duro en relación con la criminalidad. Subrayó que está dispuesto a colaborar con agencias federales para identificar y expulsar del país a personas migrantes que formen parte de pandillas delictivas. Relató el caso de una banda desarticulada por las autoridades, integrada por 27 personas que secuestraban a mujeres migrantes, las explotaban sexualmente y extorsionaban a sus familias. “No quiero a esos tipos en este país”, sentenció.
El alcalde explicó que su postura busca un equilibrio entre garantizar la seguridad pública y reconocer el valor de la comunidad migrante. Indicó que ha observado una disminución en el número de llegadas irregulares en la frontera, lo que calificó como un avance necesario. Asimismo, recordó que durante la administración de Joe Biden hizo hasta diez visitas a la Casa Blanca solicitando apoyo ante la llegada masiva de migrantes enviados por gobernadores republicanos. “Llegamos a tener hasta 4,000 personas por semana. No era sostenible. Hay que decirlo sin prejuicios: eso no es ser antiinmigrante, es ser realistas”, añadió.
